De forma tradicional, durante años, los agricultores han reunido los desperdicios orgánicos para transformarlos en abono para sus tierras. Compostar dichos restos no es más que imitar el proceso de fermentación que ocurre normalmente en un suelo de un bosque, pero acelerado y dirigido. El abono resultante proporciona a las tierras a las que se aplica prácticamente los mismos efectos beneficiosos que el humus para una tierra natural.
La palabra compost viene del latín componere, juntar; por lo tanto es la reunión de un conjunto de restos orgánicos que sufre un proceso de fermentación y da un producto de color marrón oscuro, es decir, que en él el proceso de fermentación está esencialmente finalizado. El abono resultante contiene materia orgánica así como nutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y hierro, necesarios para la vida de las plantas.
Esencialmente, se trata de enriquecer la tierra del jardín o del huerto y, al mismo tiempo, defender el medio ambiente. El jardín se enriquece y aporta un suelo más vivo en microbios e invertebrados y más rico en minerales, si reproducimos racionalmente el ciclo de degradación de los elementos vegetales que tiene lugar en la naturaleza.
Defenderemos el medio ambiente si aprovechamos el 30% de las materias orgánicas que contienen los residuos sólidos urbanos o basuras domésticas, éstos se transformarán en minerales y humus (sustancia marrón resultante de la descomposición de vegetales y animales microscópicos). La base esencial del suelo fértil consiste en la mezcla de arcillas y humus. Sus partículas en la superficie llevan cargas eléctricas que retienen los elementos nutrientes y el agua. Evitaremos también que la parte más pesada de la basura sea enterrada en vertederos o incinerada. Todo ellos, con el consiguiente despilfarro de energía y generación de gases, causas principales del cambio climático.
¿Qué es la Materia Orgánica?
Está formada por un conjunto de sustancias, fundamentalmente de origen vegetal, en permanente estado dinámico que se encuentran en distinto grado de descomposición, influyendo en ésta, factores biológicos, físicos y químicos.
La descomposición de la materia orgánica tiene lugar por distintas poblaciones de microorganismos. Los compuestos de bajo peso molecular son descompuestos principalmente por levaduras saprófitas que son los colonizadores primarios. Los colonizadores secundarios utilizan materiales más complejos, como los polisacáridos. Los colonizadores terciarios metabolizan los polímeros más complejos, como la lignina. Los microorganismos del suelo incluyen bacterias, actinomicetes, hongos, algas, protozoos y virus.
Si las condiciones ambientales son constantes, las poblaciones de microorganismos permanecen constantes.
¿Que es el Humus?
La descomposición de la materia orgánica da lugar a CO2, agua, elementos minerales y unas sustancias complejas denominadas humus, compuestos o sustancias húmicas. Las sustancias húmicas son compuestos de elevado peso molecular que se forman por reacciones secundarias de síntesis y que son distintas de cualquier sustancia presente en los organismos vivos. Las sustancias húmicas son muy resistentes.
Los componentes predominantes del humus son los ácidos fúlvicos, los ácidos húmicos y las huminas.
Los distintos materiales que se aplican al suelo y que dan lugar a la materia orgánica pueden tener composiciones muy distintas.
La mineralización y la humificación se desarrollan de modo distinto según se trate de residuos de elevado contenido en almidón o celulosa u otras sustancias orgánicas solubles en agua, como los ácidos orgánicos, azúcares, aminoácidos, etc. (fácilmente degradables) o de elevado contenido en lignina (difícilmente degradable).
La presencia de oxígeno actúa sobre el ciclo de la materia orgánica. Cuando existe oxígeno actúan los microorganismos aeróbicos, mientras que cuando falta oxígeno, actúan los microorganismos anaeróbicos facultativos u obligados. Los microorganismos necesitan un donante de electrones, que puede ser el oxígeno, los óxidos de nitrógeno, compuestos de manganeso o hierro o bien moléculas orgánicas, como el succínico, caso en el que se dan fermentaciones. La tasa de descomposición de la materia orgánica dependerá en la eficiencia de las bacterias y en la capacidad del suelo para proporcionar estos donantes de electrones.
Los microorganismos necesitan desarrollarse en un medio húmedo. Por lo tanto, la humificación y la mineralización tendrán lugar esencialmente en presencia de agua. Si el suelo se halla muy seco, los procesos pueden pararse hasta que vuelva a mojarse, por lo que los ciclos de humectación y desecación del suelo influyen sobre la evolución de la materia orgánica del mismo.
Tanto las reacciones abióticas como las relacionadas con la actividad microbiana aumentan su tasa con la temperatura. A temperaturas muy bajas se paran los procesos de humificación y mineralización, aumentando a medida que aumentan las temperaturas.
La actividad de los microorganismos que descomponen la materia orgánica depende del Ph del suelo.
Información de www.corazonverde.org
domingo, 27 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario